El Servicio de Neurofisiología Clínica del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol realiza desde hay más de año y medio, desde finales del 2021, la videomonitorización de EEG (Electroencefalograma), que es un registro simultáneo de la clínica del paciente (vídeo) y la actividad electroencefalográfica (EEG), durante un período prolongado, por lo general hasta 24 horas. Se realiza, por una parte, en los casos de pacientes con epilepsias refractarias, que son aquellas personas que continúan con manifestaciones críticas epilépticas a pesar de un tratamiento óptimo, o, por ejemplo, que puedan estar descompensados.
Por otra, se emplea igualmente como forma de diagnóstico diferencial en pacientes con eventos clínicos sugestivos de epilepsia, pero sin un diagnóstico claro o definido. Este electroencefalograma prolongado y continuo con vídeo se realizó ya la un total de 14 pacientes desde su puesta en marcha a finales del año 2021.
Así lo explican las neurofisiólogas del área Sanitaria de Ferrol, Mónica Grande Seijo y Mayris Escalona Fermín, en el Día Nacional de la Epilepsia que se celebra hoy. La neurofisioloxía es una disciplina que tiene como objetivo básico el estudio fisiopatolóxico de los síndromes y enfermedades del sistema nervioso central y periférico, incluido el componente nervioso de los órganos sensoriales y el sistema muscular. Para estos estudios, emplean técnicas instrumentales basadas en el registro de la actividad eléctrica y magnética de las estructuras nerviosas, tanto en situación basal como también trala estimulación. Para esto, emplean, entre otras, las técnicas de electromiografía, potencias evocados, neuromodulación o electroencefalografía.
Técnica para la diferenciación
En relación con esta última, en el año 2021, comenzaban a hacer esta videomonitorización EEG con vistas al diagnóstico, un electroencefalograma continuo y con vídeo para, por ejemplo, ver los eventos clínicos en las ya mencionadas epilepsias refractarias, que suponen un 20% del total, ya que alrededor del 80% se controlan con fármacos y no precisan de intervención. Así, "se hace un seguimiento de 24 horas, y se registra la actividad eléctrica cerebral y simultáneamente al comportamiento clínico del paciente", ahondan estas profesionales.
Esta técnica se emplea, además de nos pacientes diagnosticados pero refractarios, en pacientes con eventos clínicos sugestivos de epilepsia, bruscos o delimitados en el tiempo, sin un diagnóstico claramente definido, por ejemplo, pacientes con posibles pseudocrisis, que parecen epilepsias pero que no lo son. "Vemos en el vídeo de manera continuada y en el momento de la crisis, se hay o no una activación epiléptica, y si es así, la tipificamos". Eso es importante en la medida que, según eso, se establecerá un diagnóstico u otro, y se ayudará con el tratamiento más acomodado.
Se realiza en pacientes ingresados, tanto adultos cómo pediátricos, y en aquellos casos concretos, descritos y rigurosamente valorados por el equipo de neurofisioloxía en colaboración con las posibles especialidades implicadas mayoritariamente, como neuroloxía o pediatría.
Así, por lo tanto, las indicaciones de la monitorización prolongada en el Área ferrolán son realizar diagnóstico diferencial entre crisis epilépticas y no epilépticas, que es la principal en el Complejo ferrolana. También la detección, caracterización y cuantificación mediante vídeo-EEG de eventos críticos del paciente en los casos en que el tipo de crisis o de epilepsia del paciente no sea claro, para poder llegar a un diagnóstico; y valorar la influencia de las activaciones en el paciente. La documentación del patrón de crisis, su frecuencia, y la influencia de los fármacos en los cambios del patrón de crisis y mismo de comportamiento. O, por último, la monitorización en las unidades de cuidados intensivos.